Rúa Nova 44, Santiago de Compostela
La puerta se abre y un sonido de pasos se aleja por el quicio. Me asomo al pasillo y lo recorro persiguiendo el eco de unas notas perdidas de un piano. Una sombra se escurre detrás de esa cortina y el movimiento en el aire me susurra algunas palabras que no consigo distinguir de mi propio pensamiento.
Unas miradas sin rostro me observan sobre unas butacas raídas desde otro tiempo. Las veo de reojo, cuestionando mi presencia en este lugar. Preguntan mi nombre y mi historia ya ni me acuerdo quien soy. Me invitan a sentarme con ellas, a desvanecerme en la historia y así volverme visible para esta casa que posa desafiante.
Con cada fotografía me vuelvo un poco más latente, una presencia ausente que se confunde con la piel que asoma tras el papel que se desprende de las paredes.
En este edificio estuvo situado el antiguo Estudio Viejo de Santiago, precedente y fundamento de la Universidad de Santiago de Compostela.
Entre 1620 y 1770 fue la sede del Colegio de los Irlandeses, creado con el fin de preparar al joven clero para el sacerdocio que había tenido que huir de Irlanda por la persecución que la reina Isabel I de Inglaterra tenía contra el catolicismo.
En 1774, tras el destierro de los jesuitas por Carlos III, se vende en subasta y es adquirida posteriormente por José Varela Cadaval, Conde de Ramirás quien construye sobre las ruinas del colegio una casa-pazo. En 1905 pasa a ser propiedad de Juan Harguindey Pérez importante industrial del sector de los curtidos. En la actualidad, aunque deshabitada, sigue en propiedad de la familia y está pendiente de un importante proyecto de reforma que cambiará tanto al propio edificio como a la propia ciudad que lo alberga.