Larga lista de espera
Es difícil concentrarse en la mirada en un lugar como éste; la imaginación se vuelve demasiado protagonista en una avalancha de sensaciones que sugestionan con presagios y otros hormigueos en la boca del estómago. En estas ruinas aún es posible sentir la presencia de quienes lo ocupamos, por deber, necesidad o azar.
Cada espacio, cada sombra , son ahora un recipiente en el que se mezclan miedos, esperanzas, éxitos y fracasos, que prorrogan o extinguen nuestros hilos de tiempo. Es inevitable superponer imágenes de momentos de urgencias, de salas de espera, de noches interminables,de revisiones fuera de tiempo, de alivios e inquietudes, de testimonios de llegadas y de adioses.
Los últimos vestigios de este viejo hospital cuentan una historia, un relato que no nos deja impasibles y que nos obliga a susurrar en este silencio tan frágil que compone esta larga lista de espera.