Hay lugares
Hay lugares que parecen asomarse a otro tiempo y que nos invitan a mirarnos las manos y decidir si cara o si cruz. Hay lugares como puertas que no sabemos muy bien si queremos abrir o solamente echar un vistazo por la mirilla; puede que por miedo o deseo, aún tenemos que decidirnos.
Hay lugares que laten al compás de nuestra conciencia y nos proyectan a la primera o quizás la segunda planta de nuestros sueños. Hay lugares que palpitan bajo nuestros pies y nos erizan el pelo de la nuca, espacio desconocido para nuestra imagen de quienes somos.
Hay lugares que encontramos porque se nos muestran en un capricho del azar, y que a cada dos por tres ignoramos por ceguera o por exceso de visión. Hay lugares que son nuestros y no lo son, depende de quién decidamos ser en este día.
Hay lugares que se nos aparecen porque los fotografiamos y los convertimos así en puertas, latidos, verdades, mentiras, antifaces y espejos.
Hay lugares.